Ante la crisis del COVID-19 todos estamos en un estado de
alerta, estamos ante una situación desconocida que genera uno de los mayores
enemigos para la mente humana: la incertidumbre. Los cambios de rutina, la infoxicación
(sólo debemos consultar las fuentes oficiales), el estar “encerrados
responsablemente en casa” nos afecta psicológicamente a todos.
Además, las personas con
discapacidad y sus familias están sufriendo algunas consecuencias extra: la
imposibilidad de asistir a nuestras terapias, para muchos de nosotros
esenciales, la falta de asistencia personal o la “sobrecarga” de horas de
cuidado que llevan, en muchos casos, los cuidadores informales, entre otras
cuestiones.
8 pautas prácticas
A continuación, ofrecemos algunas
pautas prácticas para afrontar mejor este estado de alarma cuando convivimos
con una discapacidad, pero la mayoría pueden servir también a la población en
general:
- Infórmate sólo por fuentes oficiales, las redes sociales están
llenas de rumores que sólo incrementan nuestra incertidumbre y malestar.
- Establece una rutina: la rutina tiene importantes beneficios
psicosociales en nuestro bienestar emocional. Somos seres de costumbres.
- Mantente activo. Puedes consultar a los especialistas para
establecer una rutina de ejercicios. El ejercicio genera endorfinas, sustancias
cerebrales que incrementan nuestro bienestar físico y mental.
- Intenta desconectarte. Aprovecha el tiempo en casa
para realizar actividades de disfrute y conocer mejor a nuestros seres
queridos y a nosotros mismos.
- Infórmate de las ayudas específicas que tu comuna, ciudad y país
están poniendo en marcha para esta crisis.
- No anticipes complicaciones patológicas que aún no tienes, sólo
te angustiarán más, generando más contracturas musculares que pueden confundir
síntomas.
- No intentes levantar el ánimo con cafés o bebidas estimulantes,
ni tampoco diluir la ansiedad en alcohol. Descansa, duerme y come lo habitual
aún sin ganas.
- Piensa que todo pasa y que con responsabilidad y tomando las
medidas adecuadas, el riesgo de contagio disminuye. Si no pertenecemos a los
grupos de riesgo, el índice de mortalidad o de complicaciones graves es muy
bajo. Tienes más del 80% de probabilidades de estar bien en 15 días. El mayor
riesgo es el contagio. El riesgo está en la calle. La seguridad en casa. No
salgas de casa a menos que sea imprescindible.
Además, debemos tener claro que
las personas con discapacidad no tenemos por qué ser población de riesgo si no
somos mayores y gozamos de un buen estado de salud. Tener discapacidad no
significa estar enfermo o inmunodeprimido. Cuando se habla de personas de
riesgo nos referimos a complicaciones en caso de contagiarnos, no al riesgo de
contagiarse que, con sólo estar en contacto con una persona infectada, es
idéntico al de una persona sin patología alguna.
12 pautas más
- Aunque estés en casa, arréglate ¡Si nos vemos guapos nos sentiremos mejor!
- Mantente ocupado. No dejes espacio en la mente para la rumiación (darle vueltas a lo que puede pasar y todavía no ha pasado) ¡No te anticipes!
- Comunícate con tus seres queridos por internet, expresa tus sentimientos. Hazles saber lo importantes que son para ti, sentirse amado es uno de los sentimientos más positivos que puede experimentar el ser humano.
- No dejes que el miedo te atrape, esta emoción tan humana nos inmunodeprime y nos hace más vulnerables.
- Ten esperanza, ya están probando diversas vacunas.
- Practica la gratitud. Agradecer todo lo positivo que tenemos en nuestra vida nos hace ser más conscientes de estos aspectos.
- Sé comprensivo con los cambios de humor de los que viven contigo, son momentos difíciles para todos.
- Ponte en el lugar del otro. Esta crisis es una buena oportunidad para desarrollar nuestra empatía, una cualidad muy importante tanto a nivel psicológico como social. La globalización hace que todos estemos conectados para lo bueno y para lo malo. Pensar más de forma colectiva no sólo es necesario, sino beneficioso e inteligente.
- Aprender a relativizar. La situación que estamos viviendo es una magnífica oportunidad para reflexionar y establecer nuestras prioridades. Hazte esta pregunta: ¿qué es realmente importante? Muchas veces sufrimos por cuestiones que no son tan importantes.
- Crea un mural de buenos recuerdos.
- Haz un listado de las cosas que quieres hacer cuando todo esto pase.
- Invierte el tiempo en tu desarrollo personal. En estos momentos de incertidumbre y de inestabilidad es cuando debemos fortalecer nuestra mentalidad. Para ello, hay distintas vías: leer libros de autoayuda, canales específicos sobre temas varios, etc.
Fuente: Todo Disca
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